La infraestructura económica y deportiva de Azerbaiyán, fruto de los crecientes ingresos por la venta de gas y petróleo, le permite ser la sede del evento, dijo el funcionario, quien añadió que Bakú está dispuesta a cumplir todas las condiciones necesarias para este objetivo.
El pasado junio Bakú anunció a bombo y platillo el inicio de la construcción de un nuevo estadio de fútbol con capacidad para 60.000 personas.
La ceremonia de colocación de la primera piedra del nuevo estadio fue presenciada por los jefes de la FIFA y la UEFA, Joseph Blatter y Michel Platini, respectivamente.
Además, el Comité Estatal de Bienes anunció que dentro de ocho meses se darán por terminadas las obras de un nuevo centro de deportes y conciertos en la costa del Caspio capaz de acoger a 20.000 personas.
Bakú ya hizo pública su intención de acoger los juegos en 2008 y con anterioridad se postuló para los juegos invernales de 2016 pero ni siquiera consiguió entrar en la lista previa. (EFE)
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