martes, 28 de agosto de 2012

Paralímpicos Las trampas toman formas inesperadas

Para garantizar que nadie haga trampa en los Juegos Paralímpicos, las autoridades no sólo harán controles en busca de sustancias prohibidas, sino que tratarán de prevenir un recurso denominado "boosting", en el que los atletas en sillas de ruedas hacen cosas como romperse un dedo para producir un aumento en la presión sanguínea y una mejoría en su rendimiento.

En los atletas sin discapacidades, el intenso ejercicio físico automáticamente aumenta el ritmo de los latidos del corazón y la presión sanguínea. Pero las personas en sillas de ruedas no tienen esa opción.

Para generar un aumento en la presión sanguínea pueden recurrir a otra solución: inducir lo que se conoce como un estado de disrreflejo. Se denomina así a un reflejo que se produce cuando la parte baja del cuerpo es sometida a estímulos dolorosos sostenidos.

Este recurso puede generar paros cardíacos y derrames cerebrales, pero los atletas que están en sillas de ruedas no se dan cuenta.

"Es algo muy extremo y tenemos que recordarles a los atletas que es muy peligroso", expresó Craig Spence, vocero del Comité Paralímpico Internacional (CPI).

El CPI prohibió la práctica en el 2004 y dice que no hay pruebas de que sea algo común.

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