La joven selección argentina sabía que el partido contra Italia, cabeza de serie del Grupo A, iba a ser bien distinto que su debut contra Australia, cuando los chicos de Javier Weber ganaron 3-0.
Italia tuvo un día casi perfecto en defensa, con el líbero Andrea Bari en un gran estado de forma, y sus zagueros, con mucho oficio, levantando del piso bolas increíbles.
La selección transalpina tuvo temple, rara vez perdió la concentración, sólo en ciertos momentos en el segundo set, e hizo un partido muy equilibrado en todos los aspectos y le valió su primer triunfo en la competición.
Demasiado irregular al comienzo del partido, Argentina cometió muchos errores y rápidamente cedió una ventaja de cuatro puntos a sus rivales, que a partir de ahí dominaron con tranquilidad todo el primer set.
Argentina se repuso a continuación, mucho más concentrada y de la mano de los remates de Facundo Conte, de nuevo el máximo anotador del equipo, logró virar las tornas y poner a los italianos contra las cuerdas.
La ventaja argentina en el segundo set llegó hasta seis puntos de diferencia, en el mejor momento de juego de la "albiceleste", que consiguió un meritorio parcial 25-21.
En el tercer set, de nuevo los nervios llevaron a los argentinos a caer en altibajos de juego y a fallar en el servicio, lo que permitió a Italia escaparse con facilidad después del primer tiempo muerto hasta abrir un abismo de nueve puntos.
El conjunto suramericano ponía las ganas y luchaba cada bola, como puso de manifiesto Luciano de Cecco al recuperar un balón con el pie fuera del rectángulo de juego, pero también era muy poco constante.
Así consiguió mantener las tablas hasta el noveno punto del cuarto set, momento en el que Italia despegó de forma irremediable para los argentinos, que con mucho empeño consiguieron atrasar el fatídico desenlace unos minutos, levantando cuatro puntos de set, pero no fue suficiente para evitar la derrota.
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