Con The Beatles, Rolling Stones o David Bowie en la nutrida banda sonora, el “show” inicial contó con el agente 007 James Bond encarnado por el actor inglés Daniel Craig y un repaso por personajes de ficción creados por escritores británicos, como Peter Pan, la malvada Cruella de Vil o Mary Poppins.
La ceremonia comenzó con una escena bucólica de la campiña inglesa, con labriegos, 40 ovejas, 12 caballos, tres vacas y otros animales, a la que estuvo a punto de sumarse la lluvia, que comenzó a caer a media hora del inicio, pero cesó poco antes del comienzo del espectáculo.
Cánticos y símbolos tradicionales ingleses, escoceses, galeses y norirlandeses simbolizaron la unión británica ante 80 mil personas en el estadio y una previsión de mil millones de telespectadores en uno de los momentos cumbres de cada edición olímpica.
Una frase de La tempestad de Shakespeare, “No tengas miedo: la isla está llena de ruidos”, marcó el tono del mundo onírico que iba a transformarse ante los ojos de los espectadores. La escena pastoril dio paso a la Inglaterra de la Revolución Industrial, de donde emergieron los aros del símbolo olímpico, en uno de los momentos más espectaculares de la noche.
La reina Isabel II hizo una insólita incursión en la interpretación, participando en una escena rodada en Buckingham con Daniel Craig, el actor que actualmente encarna a James Bond. El célebre agente 007, siempre al servicio de Su Majestad, acompañó de manera virtual a la monarca en helicóptero hasta el estadio Olímpico.
El prolífico mundo de la literatura infantil permitió cobrar vida a villanos como el Capitán Garfio, creados por el escocés James Matthew Barrie, la Reina de Corazones de la Alicia de Lewis Carroll, la villana Cruella de Vil de 101 Dálmatas, de la inglesa Dodie Smith, o Voldemort, el enemigo oscuro del joven mago de la saga multiventas Harry Potter.
El dato
Lo mítico
El director recreó una de las escenas míticas del cine olímpico, la de la carrera por la playa en "Carros de fuego".
Lo cómico
Estuvo presente el actor cómico Rowan Atkinson, cuyo personaje Mister Bean dio la vuelta al mundo, e hizo de las suyas.
McCartney hizo cantar y bailar al público
El cantante Paul McCartney fue una de las estrellas que animó y cerró la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, recordando la esencia de uno de los grandes grupos de la historia de la música británica.
Sir Paul McCartney levantó al público de sus asientos revisitando el gran éxito del mítico grupo creador del fenómeno fans, Hey Jude, aunque antes también había sonado en la ceremonia el She loves you.
Otro tema de The Beatles, Come together, se oyó en una versión de los Artic Monkeys, que también cantaron en directo para el público, haciendo que la beatlemanía transforme el evento en una ceremonia muy musical.
La actuación del ex Beatles ya se conocía desde hace tiempo, a pesar de que el espectáculo se guardó en el mayor secreto, después de que el propio Paul, de 70 años, reconoció que deleitaría al público presente en el estadio olímpico con la música de su antiguo grupo.
El que fuera el compositor, junto con John Lennon, de la mayoría de las canciones del mítico conjunto, no podía faltar como ícono de la cultura británica, en un espectáculo que hizo un repaso al legado británico al mundo, y a la música de los años 60, 70 y 80.
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