martes, 23 de julio de 2013

El dopaje biológico en el deporte sustituye al químico

Mientras el pelotón del Tour de Francia se preguntaba si es imposible ganar la carrera sin doparse, tal y como dijo Lance Armstrong, los científicos dudan de que el ciclismo haya pasado a ser un deporte totalmente limpio y denuncian un perfeccionamiento de las técnicas para escapar a la detección.

"El dopaje químico deja demasiadas huellas en la sangre, el biológico es prácticamente indetectable", afirma el profesor del Instituto de Biotecnología de Troyes Gérard Dine, considerado uno de los inventores del pasaporte biológico.

Como otros expertos, Dine piensa que nuevas sustancias han llegado al pelotón y se apoya en los análisis clínicos de los laboratorios farmacéuticos sobre productos destinados a curar enfermedades pero que tienen como efecto secundario una mejora del rendimiento físico.

"Existen las sustancias, y la posibilidad de adquirirlas a través de internet y están los médicos competentes para suministrarlas a los ciclistas. ¿Por qué no iban a usarse?", se pregunta el director del laboratorio de biofísica y bioquímica de la facultad de Farmacia de la Universidad de Montpellier, Michel Audran.

Ninguno de los dos científicos afirma que haya dopaje en el pelotón, pero ambos consideran "poco probable" que ruede "limpio al cien por cien".

Jean-Pierre de Mondenard, médico, especialista en ciclismo, autor de varios libros sobre el dopaje, es más osado y asegura que "si existen sustancias indetectables, la naturaleza humana hace que haya ciclistas que, con la ambición de ganar, recurran al dopaje".

Los especialistas consideran que la EPO tradicional está en retroceso, pero advierten de la llegada de nuevos productos, de sustancias en algunos casos sólo testadas en animales, pero que ya se venden en el mercado negro.

"Antes de que los laboratorios las hayan probado en humanos, en China ya las producen de forma clandestina y las venden a través de internet. El dopaje es un negocio tan bueno como la droga", sostiene Audran.

Los especialistas ponen dos nombres sobre la mesa. El "Aicar", un anabolizante que aumenta la masa muscular, ha sido encontrado en la farmacia de médicos deportivos de América Latina, pese a que no ha sido probado en seres humanos, sólo en ratones.

El S107 es más útil al ciclismo, ya que mejora la oxigenación de la sangre y con los métodos actuales no es detectado.

El dopaje biológico, explica Dine, está basado en sustancias que hacen que el cuerpo humano segregue EPO de forma natural, lo cual hace muy complicado su rastreo en la sangre.

Eso se suma a protocolos de administración de las sustancias que "prácticamente impiden su detección", según Audran.

Los productos son inyectados en microdosis, al igual que las autotransfusiones, lo que hace imperceptible su presencia en la sangre y apenas modifica los valores del pasaporte biológico.

Se habla también de un nuevo ´spray´ para administrarse EPO, similar a los que usan los asmáticos y que procura cantidades pequeñas de la sustancia.

"El austríaco Bernhard Kohl aseguró que siguió ese sistema durante años sin que le atraparan", recordó Audran.

También se sospecha de otras sustancias, como la hormona del crecimiento, cuyo método de detección es de muy baja calidad, pero que se cree que está presente.

Defender el deporte de las drogas y del trafico

El Presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), considera que toda la comunidad debe defender el deporte de las drogas y de quienes trafican.

“La limpieza del deporte no puede ser ensuciada por quienes piensan en sus intereses económicos, sin sensibilizarse de la niñez y juventud víctimas de este flagelo”, aseguró Joseph Blatter.

“La FIFA esta adoptando las sanciones más drásticas en casos de dopaje, pero no es suficiente sancionar a los deportistas, debemos cortar por la raiz”,acotó.

El pasaporte Biológico una necesidad en el control

El médico de Troyes también ve otros indicios menos claros, como la dominación estos dos últimos años del equipo Sky, "que puede deberse a que han encontrado la fórmula mágica para escapar a los controles", .

Dine asiste impotente a la ineficacia del pasaporte biológico que contribuyó a crear: "Es preciso colaborar con los laboratorios farmacéuticos para saber en qué productos están trabajando y poder centrar los controles en esas sustancias. Si no, el ratón siempre correrá más que el gato".

La manera de camuflar el uso de fármacos



El profesor de Montpellier afirma que la insulina inyectada en pequeñas dosis a partir de las 11 de la noche no deja huellas. Entre esa hora y las 6 de la mañana los ciclistas están dispensados de pasar controles para no perturbar su descanso.

"El austriaco Bernhard Kohl aseguró que siguió ese sistema durante años sin que le atraparan", recordó Audran.

La polémica sigue en análisis y seguro que llevará tiempo hasta tomar decisiones en este campo.

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