domingo, 11 de agosto de 2013

El británico Mo Farah confirmó en el gigantesco estadio Luzhnikí su hegemonía mundial


El británico Mo Farah confirmó en el gigantesco estadio Luzhnikí su hegemonía mundial en pruebas de fondo y en la final de 10.000 se tomó el desquite ante Ibrahim Jeilan de la derrota que dos años antes le infligió en Daegu el corredor etíope, ayer relegado al segundo puesto.

La primera jornada de los campeonatos del mundo de atletismo se llevó al continente africano los dos títulos en juego, porque la keniana Edna Kiplagat, en una carrera tórrida, se convirtió en la primera mujer que revalidaba el título de maratón.

Al final de la jornada asomó por la pista azul el héroe del atletismo moderno, Usain Bolt, para ganarse el puesto en las semifinales de 100 metros.

Farah, campeón olímpico de 5.000 y 10.000 metros, batió en un esprint vibrante a Jeilán y se colgó el primero de los dos oros que aquí pretende con una marca de 27:21.71 y el último giro en 54 segundos.

Jeilán consiguió la medalla de plata con 27:22.23 y el keniano Paul Kipngetich Tanui la de bronce con 27:22.61.

Cuando más apretaba el calor en Moscú (28 grados con un 51 por ciento de humedad), una policía keniana con grado de sargento, Edna Ngeringwony Kiplagat, aprovechó el generoso esfuerzo de la italiana Valeria Straneo, de 37 años, para pegarse a su espalda y batirla en los dos últimos kilómetros.

Kiplagat, campeona en Daegu 2011, se alzó ayer con la primera medalla de oro con un tiempo de 2h25:44. Ninguna mujer, hasta hoy, había repetido triunfo en el maratón.

Straneo tiró desde el primer kilómetro y fue desgranando el grupo hasta quedarse sola con Kiplagat, a cuyo cambio, en el km 42 no pudo responder. Su esfuerzo le reportó la medalla de plata, a 14 segundos de la ganadora, y la japonesa Kayoko Fukushi completó el podio con 2h27:45.

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