El ministro de Estado del Foreign Office, Jeremy Browne, encargado de los asuntos olímpicos, indicó que “cuando haya pruebas independientes, fiables y creíbles de que un individuo ha cometido abusos de derechos humanos, a ese individuo normalmente no se le permitirá la entrada en el Reino Unido”.
Browne respondió de esa forma a la inquietud de un diputado opositor acerca de la presencia en los Juegos Olímpicos de Londres de líderes internacionales acusados de violaciones a los derechos humanos.
Esta discusión surgió en la isla a partir de la polémica presencia del rey de Bahréin en el almuerzo oficial que ofreció la reina Isabel II con motivo de su Jubileo. A esto se sumó que el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, reveló la semana pasada su deseo de visitar la capital inglesa para acompañar a los deportistas de su país.
En 2011 un grupo de estudiantes cercano al régimen atacó la embajada del Reino Unido en Teherán, lo que llevó a la paralización de las relaciones bilaterales y la expulsión de los diplomáticos iraníes de Londres.
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