Dos semanas después de reanudar en Estocolmo, con un salto de 5,01 metros, su colección de plusmarcas, que permaneció durante dos años congelada en 27, Isinbayeva olvidó sus amarguras de Doha 2010, donde sólo pudo ser cuarta.
La rusa esperó a los 4,70 para estrenarse, cuando sólo quedaban la alemana Silke Spiegelburg, la francesa Vanessa Boslak y la británica Bleasdale en competición.
El listón en 4,70 seleccionó el podio, ya que Spiegelburg fracasó en esa altura. Boslak y Bleasdale se quedaron ahí, plata y bronce. La zarina rusa saltó 4,80 y, ya en solitario, atacó, sin éxito, el récord mundial con la barra en 5,02.
Bernard Lagat demostró a los jóvenes que a sus 37 años sigue teniendo pólvora en las piernas y se alzó con su segundo título consecutivo de 3.000 con un esprint inaccesible para los kenianos Augustine Choge y Edwin Soi, que comparten la mejor marca mundial del año (7:29.94).
Todo se resolvió en la última media vuelta. Choge y el ugandés Moses Kipsiro se alternaron en el mando de la prueba. El primer mil se pasó en 2:38.45 y el segundo en 5:16.92, con Lagat y el británico Mo Farah, campeón mundial de 5.000, siempre a la expectativa.
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