Ambos equipos llegaban invictos a una cita que acabó de modo idéntico a lo acaecido en Osaka, el 16 de noviembre de 2006. Las europeas también vencieron ese día en la 'muerte súbita'.
La de ayer fue una final de altura, con el campeón olímpico (Brasil) y el defensor del título (Rusia) sobre el parqué. Y no defraudó. Durante una hora y 58 minutos las dos selecciones ofrecieron una exhibición del mejor voleibol.
Rusia llegó a situarse a sólo un punto (13-14), pero un tiempo muerto solicitado por Zé Roberto Guimaraes, seleccionador brasileño, y pequeños ajustes en la formación permitieron a Brasil anotarse la primera manga (25-21).
En la siguiente fue Rusia quien asumió el mando (5-8, 12-19, 20-16). Brasil no pudo inquietar el triunfo parcial de sus adversarias. No obstante, las sudamericanas no se rindieron y completaron una tercera manga de un modo impecable (11-8, 19-14 y 25-20).
La derrota de Brasil comenzó a forjarse en un cuarto parcial para olvidar. La pérdida de concentración, los errores no forzados, la escasa precisión en la recepción y en defensa pusieron en bandeja el éxito ruso (14-25), que desembocó en la disputa del desempate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario