Rusia logró ayer su segunda liga mundial de voleibol al vencer 3-2 (23-25, 27-25, 25-23, 22-25 y 15-11) en la final de la edición de este año, disputada en la ciudad polaca de Gdanks, en la que venció a Brasil.
El partido protagonizado por rusos y brasileños fue apasionante, como acostumbran a ser los duelos entre ambos equipos.
En esta ocasión Rusia, que ya había ganado a los sudamericanos el pasado día 8 en la primera fase de la ronda por 3-0, hubo de pelear cada balón en disputa para hacerse con el triunfo, con el cual vengó en cierto modo la final perdida ante este mismo rival en la pasada edición de esta competición.
En el equipo brasileño destacó la labor de Lucas, muy acertado en todas las facetas del juego y, sobre todo, en los saques, con los que obtuvo varios puntos decisivos. En el conjunto ruso uno de los mejores fue Maxim Mijailov, quien hubo de dejar su lugar en la pista debido a una lesión, en el tercer set, lo que su equipo supo asumir y logró asimilar para ganar el cotejo.
En el quinto y definitivo set, los brasileños se “descentraron” y pagaron tal circunstancia. Giba discutió con el primer árbitro, sus compañeros cometieron dos errores en los bloqueos y a partir de ahí, pese a los esfuerzos del técnico brasileño Bernardinho por intentar poner orden en sus filas, Rusia supo llevar a buen puerto su objetivo: hacerse con su segunda liga mundial y dejar a Brasil en puertas de su décimo entorchado en este torneo.
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