Mientras las bombas de la OTAN siguen cayendo sobre Trípoli y no se avista por el momento el fin de las operaciones militares en ese país, la posibilidad de que el primogénito del coronel Gadafi, Muhammad, asista en Londres a los Juegos Olímpicos (JJOO) es un quebradero de cabeza diplomático, según el periódico.
Los organizadores de los JJOO de Londres están obligados a vender entradas a Libia porque ese país sigue siendo miembro del Comité Olímpico Internacional, pese a las sanciones de la ONU. El propio coronel Gadafi no podrá asistir de cualquier forma a los Juegos, ya que pesa sobre él la prohibición de viajar y una orden de detención internacional.
El comité organizador confirmó haber dado las entradas.
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